Ingredientes y Alimentos; Hay una serie de ingredientes básicos que no deberían faltar en la cocina por varias razones: por sus propiedades nutricionales, por su versatilidad al combinarse con muchos otros alimentos de mil maneras, por su importancia como condimento de todos los platos…

Los alimentos básicos te ayudarán a ahorrar dinero y a cuidar tu salud. Y ofrecen infinitas posibilidades culinarias. Además, cocinar es una experiencia estupenda y gratificante cuando tienes los ingredientes adecuados y compartes los platos con tus seres queridos. Y, por supuesto, para complacer a tus hijos con sus platos favoritos, al tiempo que les proporcionas los nutrientes que necesitan para su desarrollo.

Seguramente te habrás preguntado más de una vez cuál es la diferencia entre aditivos e ingredientes, ya que muchos consumidores de hoy en día tienden a confundirlos.

Cuando miramos la parte trasera de un producto, encontramos todo tipo de información que puede resultar confusa si no tenemos algunos conocimientos sobre el proceso de fabricación de los alimentos, por lo que es importante saber diferenciar estos dos conceptos, así como conocer algunos detalles sobre los aditivos.

¿Qué son los ingredientes?

La mayoría de los usuarios pensarán que los ingredientes son los componentes tradicionales, naturales y tangibles que se pueden identificar en un alimento, pero lo cierto es que este concepto va mucho más allá.

En términos técnicos, y según la definición de la propia RAE, un ingrediente es la sustancia o el producto que se utiliza en la fabricación o preparación de un alimento y que sigue estando presente cuando el producto está terminado. Por tanto, se consideran ingredientes las zanahorias, el agua, los aromatizantes e incluso los propios aditivos, que están presentes en el alimento durante su fabricación y en el momento de servirlo (pero no en todos los casos).

Esta definición también es válida en virtud del Reglamento 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada a los consumidores, ya que incluye todo lo que compone el alimento o se utiliza durante su fabricación.

¿Qué son los aditivos?

Como parte de los ingredientes, los aditivos son una serie de sustancias que hoy en día se añaden a todos los alimentos para mejorar y/o modificar sus propiedades, propiedades como el sabor, la textura, el color y la duración de la vida útil.

En otras palabras, el aditivo representa una mejora tecnológica del alimento. No se trata sólo de sustancias químicas, también hay aditivos de origen natural, como la fibra de guisante, que puede añadirse a la carne para aumentar la retención de líquidos.

Una buena razón para comprar ingredientes básicos es que nos ahorrarán más dinero que comprando aperitivos y comidas preparadas, a la vez que nos proporcionan una dieta más saludable.

Al tener alimentos básicos en la despensa y el frigorífico, podemos preparar fácilmente un sinfín de recetas, que además gustarán a todos los paladares. Te sorprenderá lo fácil que es cocinar cuando tienes los ingredientes adecuados a mano.

Pasta y cereales

Hay muchos tipos de pasta, con una amplia gama de opciones. Es aconsejable tener un buen surtido que incluya tallarines, fideos, cintas, espirales, macarrones, etc. La pasta seca es un alimento muy básico y es ideal tenerla para preparar un plato en cualquier momento.

Los cereales añadirán variedad a nuestra dieta. La cebada, el mijo, el trigo, la polenta, la sémola y la avena son algunos de los que pueden ser interesantes.

Arroz y legumbres

Las legumbres son una buena fuente de proteínas, minerales y vitaminas. Las judías, las lentejas, los guisantes y las habas son las más utilizadas.

Al igual que con la pasta, hay muchos tipos de arroz: de grano corto, de grano largo, salvaje, al vapor, integral, etc. Nosotros utilizamos uno u otro. Utilizaremos uno u otro en función de lo que sea más adecuado para el plato que estemos preparando.

Ambos son ingredientes básicos muy útiles. Con el arroz, podemos improvisar una receta fácil en cualquier momento, al igual que con las legumbres secas en bote, ya que nos ahorraremos el tiempo de remojo.

Harina y huevos

Es conveniente disponer de varios tipos de harina, aunque la de trigo es la más común, siendo un componente básico de muchos platos. La harina de arroz y la harina de maíz pueden utilizarse para espesar salsas y hacer budines y pasteles. También es útil tener a mano bicarbonato de sodio o polvo de hornear para hacer subir los bizcochos y otras masas.

Los huevos son ricos en proteínas y serán necesarios en muchas recetas. También se pueden comer solas si es necesario.

Frutos secos

Los frutos secos tienen un gran valor nutritivo y pueden incorporarse a una gran variedad de recetas, tanto dulces como saladas. Son muy útiles las almendras, las avellanas, las nueces, las sultanas, los dátiles, las ciruelas pasas, los albaricoques secos, los higos secos, etc.

Especias y hierbas

Disponer de una buena selección de hierbas y especias secas, en polvo o en grano, será de gran ayuda, ya que ofrece una gran variedad de sabores en la preparación de recetas.

Entre las hierbas básicas están la albahaca, el tomillo, el laurel, el orégano, el romero, el perejil y la menta. En cuanto a las especias, el chile, la cúrcuma, el pimentón, el clavo, el cardamomo, la pimienta, el cilantro y el comino deben estar siempre a mano.

Y, por supuesto, en cualquier cocina no puedes olvidar estos tres condimentos: la sal, el azúcar y los dientes de ajo.

Aceites y vinagres

Los aceites añaden sabores sutiles a los alimentos. Es bueno tener varios aceites de diferentes intensidades y sabores. El aceite de oliva suave es ideal para cocinar y el aceite virgen extra es perfecto para añadir un poco de carácter en pequeñas cantidades. El aceite de girasol es adecuado para uso general y siempre da buenos resultados. El aceite de sésamo es ideal para freír y el de avellana y nuez para aderezar ensaladas.

Lo mismo ocurre con los vinagres. Hay diferentes tipos de vinagre, que varían en intensidad y sabor, que darán un toque especial a cada receta. Algunos ejemplos son: vino tinto o blanco, jerez, balsámico, malta o estragón.

Dentro de la pirámide alimenticia podemos encontrar los grupos de alimentos básicos que nos permiten llevar una vida más saludable.

El valor nutricional de los alimentos depende de la cantidad y la calidad de sus componentes, así como de la presencia o ausencia de sustancias que afectan a su aprovechamiento nutricional. Los alimentos se han clasificado según su valor nutricional en cuatro grupos básicos.

Grupo de la leche y sus derivados

Este grupo incluye no sólo la leche de distintos orígenes, sino también sus derivados, como los quesos, los yogures, etc. Estos alimentos son muy digeribles y su valor nutricional se basa en proteínas y lactosa de alta calidad, así como en altos niveles de minerales, como el calcio, el fósforo, las vitaminas del complejo B y la vitamina A. Los productos lácteos a veces están enriquecidos con vitamina D o hierro y son buenas fuentes de estos nutrientes.

Grupo de la carne

Este grupo está formado por distintos alimentos con valores nutricionales muy similares, como la carne y el pescado de distintas procedencias, los huevos, las legumbres y los frutos secos. Los alimentos de este grupo aportan principalmente proteínas, que pueden tener un alto valor biológico. También son ricos en ciertos minerales como el hierro, el fósforo, el magnesio, el zinc, etc. y en vitaminas del complejo B. El pescado es una excelente fuente de yodo y flúor.

Grupo de frutas y verduras

Se trata de un grupo de alimentos cuyo valor nutricional se atribuye al aporte de vitaminas hidrosolubles (B y C), carotenoides (precursores de la vitamina A) y minerales como el hierro, el calcio, el magnesio, etc. La digestibilidad de los componentes de este grupo es variable, dependiendo del contenido de fibra dietética.

Grupo de pan y cereales

Este grupo contiene una gran cantidad de hidratos de carbono, por lo que se utilizan para aportar calorías en la dieta. También contienen cantidades de algunos minerales y vitaminas del complejo B. La digestibilidad es variable en función del contenido de materia no degradable. El valor energético de un alimento o bebida depende de su contenido en hidratos de carbono, grasas y proteínas. El contenido de agua de un alimento es importante porque no aporta calorías y puede representar una fracción modificable del alimento. Las bebidas alcohólicas aportan las llamadas calorías vacías, es decir, calorías que no aportan energía de otros nutrientes energéticos.

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